4ª Carta del Presidente de AEA sobre la COVID-19
Estimados asociados:
Hace unos días hemos tenido nuestra primera Asamblea por videoconferencia. A mi juicio salió bien. Por supuesto que no es lo mismo vernos en persona que vernos en un vídeo, pero la situación actual nos obliga a ello.
Y de esto os quiero hablar.
En los últimos días, la situación de la pandemia, en algunos puntos geográficos de nuestro país, se ha descontrolado. Estamos volviendo a escuchar voces que piden limitar la movilidad de toda la población con objeto de controlar de nuevo la evolución de contagios. Y nosotros sabemos el desastre que eso puede significar, porque ya lo hemos vivido durante los meses de abril y mayo.
Desde que terminó el Estado de Alarma, se ha dejado la responsabilidad al individuo. Estamos pidiendo responsabilidad individual. Pero ¿cómo controlar esta responsabilidad fuera del lugar de trabajo? Yo mismo he tenido que estar en el centro de Zaragoza para unas gestiones, y las terrazas estaban llenas de gente, sobre todo, jóvenes, sin ningún tipo de control, ni mascarillas, ni distancia… ni nada. Un verdadero desastre.
Así estamos abocados, de nuevo, a un confinamiento. ¿Y qué hacemos nosotros, como empresas? Creo, como indiqué en mi pequeño alegato en la Asamblea, que la AEA tiene que aportar su granito de arena en contribuir a pedir responsabilidad y prudencia. Así como nosotros, como directivos, propietarios, mandos… de nuestras empresas, no nos queda otro remedio que reunir a nuestros colaboradores, a todos nuestros trabajadores, y pedirles que cuando salgan del trabajo reduzcan al máximo las relaciones físicas y sociales; diría que hay que reducirlas más que lo imprescindible. De lo contrario no vamos a resolver este grave problema sanitario que se nos ha venido encima.
¡Tenemos que evitar salir de casa! Es cierto que no toda la geografía de España se está comportando igual. Pero no nos confiemos. En cualquier momento se puede dar ese contagio intracomunitario y producir un brote donde menos creemos que puede ocurrir.
Tengo claro que lo que pedimos puede ser la puntilla para que muchos negocios no puedan continuar. Pero, o nos comportamos adecuadamente en terrazas, bares, calle, tiendas… o ya me diréis cuál es la solución. La vacuna tardará en llegar, sobre todo a España. Estados Unidos ha puesto, en cinco grupos de investigación de la vacuna, 2.000 millones de $. ¿Cuál es el primer país que la tendrá? Desde luego, no será España. Y cuando ya dispongamos de ella, ¿cuánto tardará en llegar a la población? ¿cuánto tardaremos en que 7.500 millones de personas dispongamos de ella? España no tiene capacidad de fabricación, ¿cuánto tardaremos en disponer de ella los 47 millones de españoles?
Todas estas preguntas nos han de hacer actuar no pidiendo, sino exigiendo esa responsabilidad. Y AEA, de forma colectiva, y de forma individual, tenemos que pedirlos, por todos los medios posibles. Solamente quería trasladaros este mensaje. No quiero hablar de economía, ni de sector, ni de nada más… para no desviar la importancia del mensaje a otros temas.